martes, 23 de febrero de 2010

Mesón O Cruce


Hace un par de días comimos en este mesón a medio camino entre Santiago y Ourense, es decir en Lalín. El local es muy agradable, decorado con diseño, lejos de la imagen habitual de un mesón. La comida es presentada también con estilo, en platos cuadrados, por camareros vestidos de negro y detalles de esos. Pero la comida si es al estilo mesón y de los buenos. Mientras nos preparaban la comida, nos sirvieron para degustar a cada uno una loncha de "cabeza" en embutido, pero casero, con un cierto grosor. Empezamos con pulpo a feira con cachelos, muy bueno, estamos en la zona. Antes del segundo plato nos sirvieron longaniza y butifarra, larga pero delgada. Y como colofón, a lo que íbamos a comer en este lugar: La Croca que es la parte de la cadera de la ternera. Trozo de carne grueso muy, pero que muy tierno. Un plato delicioso como toda la comida. Como llevábamos prisa solo nos dio tiempo a degustar un delicioso café de pota. También nos llevamos un agradabilisimo sabor de boca cuando nos trajeron la cuenta, que ascendía a 21 euros por cabeza. Un autentico regalo por lo magnifico de las viandas. Ah, se me olvidaba, bebimos, bueno bebieron ya que yo conducía, un fenomenal ribeiro tinto elaborado por el propietario, que como se ve en su tarjeta es también carnicero, de ahí el éxito de la carne. 
Merece la pena volver.


viernes, 5 de febrero de 2010

Caffé di la Mamma

El viernes pasado fuimos a cenar al restaurante Caffé di la Mamma, en el barrio de El Puente, calle Vicente Risco 16 Ourense,  teléfono 988606512. Se entra por la cafetería, para pasar luego hasta el restaurante. Ambos ambientes están bien decorados con un sabor de café antiguo. El sistema de comida es sencillo es tipo plato del día: a elegir de una lista los primeros y de otra los segundos, postre pan y vino, todo por 15,50 € por persona. Aparentemente puede parecer caro para un plato del día, sin embargo no así al ver la lista de platos.
De primero hay una serie de cazuelas, con langostinos, setas, pulpo, o bien ensaladas diversas, lasaña y un largo etcétera. De segundo bacalao, entrecot a la pimienta o con setas, lenguado, rodaballo y así hasta al menos diez platos más. Postres caseros, tipo flanes o tartas, acompañado de chupitos diversos. El vino de la casa era corriente, pero no se le puede pedir más.
El servicio fue inmejorable, rápido, amable y el local aunque estaba casi lleno, no había la estridencia que se oye en otros, en los que cada vez hay que subir más el tono, quizás tiene una buena insonorización.
En fin el sitio merece la pena.